Raquel trabaja de cajera en uno de los supermercados de su distrito. Está de forma continua teniendo contacto con el público, y la verdad es que allá conoce a bastante gente. Esta vez fue un negro, de quien solamente verlo se enamoró. Le dejó su número, y la llamó horas después. Quedaron en la casa de ella y la zorra pudo revisar que lo que ocultaba tras su pantalón era una polla larga y con ganas de celebración.
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