Esta chavala es una Diosa la verdad y a mí me encantaría encontrármela si fuera masajista y tuviese que trabajar con semejante cuerpo. Si bien claro, cuando uno tiene un trabajo de este género jamás espera ser correspondido sexualmente, si bien desde ahora os digo que todo puede pasar. Mas parece que esta vez los dioses han puesto de su parte y han concedido a este pobre masajista poder recrearse con el coño infalible de esta morena. Primero ha comenzado con los tocamientos habituales, pasar la mano por los muslos, cerca del coño, cosas de ese tipo, hasta el momento en que después ha ido a más y ha comenzado a meterle dos dedos por el coño hasta el momento en que la chavala ha abierto los ojos como platos, prácticamente los ha puesto en blanco y ha comenzado a disfrutar como una condenada. Después ha venido la penetración y es ahí cuando ha comenzado a vocear como una guarra y prácticamente se esfuerza de placer.
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