Esta pareja de jóvenes morbosos, ha mantenido relaciones íntimas en todo género de sitios: desde en camas de hoteles hasta en baños públicos y probadores de tiendas, con el peligro a ser cogidos. Esta vez lo hicieron en una esquina en el que no habían tenido ocasión de gozar antes: el jardín de la casa de los progenitores de ella. Sintiendo de qué forma les daba el sol en sus cuerpos ese día de verano, se calentaron todavía más y la follada fue imborrable.
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