El padre de esta joven la quiere mucho. Desde el instante en que su madre murió, el padre le deja todo género de caprichos. Ya antes de ser su aniversario, en el que cumplía los dieciocho años, le preguntó qué era lo que deseaba la joven como regalo. La joven, que es una viciosilla, le afirmó a su padre que deseaba follarse a un buen negro de enorme polla. El padre no se podía pensar lo que su pequeña hija deseaba, mas como siempre y en todo momento le dejó sus caprichos, ahora no puede negarse. Le puso una condición, deseaba estar presente mientras que la joven se tiraba al negro, a fin de que no le hiciese daño.
La muchacha llama a un amigo suyo y le afirma que venga a su casa para echarle un polvo. El negro no se lo piensa un par de veces y viene corriendo. Comienzan a comerse la boca y su polla se pone durísimo. El padre mientras que está sentado al lado, observando la situación. La dieciochoañera se pone de rodillas delante del negro y le saca el gran pollón del pantalón. No se puede pensar lo grande que es, jamás había visto una polla tan grande y eso hace que su coño se empape. La sujeta con la mano y se la mete toda en la boca, ahogándose con ella en la garganta, mas todavía de esta manera la joven prosigue chupando. Se pone sobre el negro y cabalga su enorme polla mientras que chilla de placer. Su padre está que ya no puede ni mirar. El negro la pone a 4 patas y destruye su pequeño coño hasta hacerle un tremendo facial, llenando su cara con su leche caliente.
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