Hay un refrán que afirma que la cara es el espéculo del ánima. En el caso de esta sensual madurita latina se cumple con absoluta seguridad. La guarra que protagoniza las próximas imágenes se queda desnuda y no tiene ningún inconveniente en compartir con el planeta lo buena que está y las curvas de ese sensual cuerpo desnudo adornado por un sensual piercing en el ombligo. Enseguida se marcha a la cama y allá prosigue la celebración.
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