Reconozco que al final no me he podido soportar y que me he acabado follando duro a mi vecina en la piscina, en esa piscina donde todos y cada uno de los vecinos nos bañamos cuando llega el verano y el calor. Desde hace varios años me he venido fijando en el cuerpo que tenía, en esos pechos y en ese trasero, y ahora que se lo he podido tocar me siento como el tipo más feliz del planeta entero. Podría habernos visto cualquier que viva en la comunidad, mas hemos tenido la fortuna de que no. El morbo nos ha hecho que nos diese igual todo y de ahí que hemos acabado follando allá mismo, sin tener temor en ningún instante. Deseo que os fijéis en las tetas que tiene y en de qué forma chupa pollas. Eso me sorprendió mucho.
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