Resulta que debí mudar de secretaria por el hecho de que la que tenía era una genuina adepta al sexo, una viciosa que solo desea joder. Me di cuenta cuando ya llevábamos unos meses trabajando, por el hecho de que cada vez venía con menos ropa, y más ajustada, más provocativa y con miradas cargadas de ansias por el sexo. La cuestión es que al final, sabía que se le iba a terminar metiendo por el coño, conque de este modo lo hice, sin pensármelos un par de veces terminamos follando aun hasta en mi despacho de una forma brutal. Me percaté de que, bajo esa falda, la madura venía prácticamente siempre y en toda circunstancia con un tanguita puesto y que lo mejor que preservaba era su tremendo trasero. Gocé follándome a la madura como hacía tiempo que no gozaba follándome a ninguna mujer, considerablemente más jóvenes, aun. Ahora toda vez que viene al trabajo y tenemos tiempo, terminamos follando como unos genuinos salidos.
0 Comments