A quién no le agradaría tener una vecina como Carrie Cummings, si bien esto semeja una fantasía sexual que otra cosa, una serie de imágenes donde podemos ver a la chavala cabalgando la polla de su vecino. El que la excita desde el instante en que llegó con esos músculos y esos tatuajes tan marcados y también pasmantes. Ya sabéis, el habitual malote que además de esto tiene un rabo que le mide más de 20 centímetros. Cuando ha entrado a su casa lo ha hecho de tal modo que ha dejado hasta el momento en que se le corriese en el coño, conque contemplad y pensar si se ponía cachonda por el tipo este o bien no. Yo creo que sí, y bastante, por el hecho de que no todas y cada una de las mujeres te dejan que le eches el grumo cara dentro.
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