Empezaron mordisqueando las uvas que iban a comerse durante la noche de Nochevieja, y acabaron celebrando las Campanadas de Fin de Año chupándose los chochos. Es excitante observar a estas bolleras en plena acción mientras follan y no paran ni un minuto de disfrutar. Dicen que la cara es el espejo del alma; en sus sonrisas se refleja lo bien que lo están pasando.
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